Hoy os voy a explicar el recorrido que hicimos en moto desde Almería hasta Granada pasando por una excelente carretera de curvas, ideal para todo tipo de moteros. Esta zona, conocida como “Las Alpujarras” encierra una gran belleza paisajística y natural, es un gustazo recorrerla encima de una moto, ¡os lo recomiendo!
Antes de salir hacia Almería : visita al Faro
Nos quedamos en la Playa de los Muertos casi todo el día. El paisaje es tan bonito y tan tranquilo que no podemos resistirnos. Aunque el agua está fría y las piedras no son cómodas para mis pies, el entorno recompensa con creces estos detalles. Después de comer, nos ponemos la ropa, cogemos el casco y volvemos a las motos. Pero tenemos que descubrir algo: una pequeña carretera de curvas que el chico de la entrada nos ha recomendado varias veces. Es el camino que sube hasta el faro, una carretera mal cuidada, pero sin coches. Las curvas son sencillas pero los baches hacen que se complique la conducción. Llegamos al faro y el paisaje es increíble. Se abre ante nosotros el mar, el horizonte y el cielo. Disfrutamos de las vistas durante un buen rato, sentados en nuestras Ducati Scrambler y a punto de volver a Almería para poner rumbo a Granada al día siguiente.
Inicio de la ruta Almería – Granada
Tenía ganas de ver Granada. Es la tierra de mis abuelos maternos y siempre me han hablado tan bien de su gente, que no podía esperar más. Quizás las ganas, los nervios y la ansiedad de llegar, hiciesen que mirara el camino más rápido. Sin embargo, muchos de nuestros seguidores nos habían recomendado una alternativa mejor, Las Alpujarras. Es una de las carreteras más conocidas de Andalucía que une Almería con Granada, pasando cerca de Sierra Nevada. Concretamente es la A-348, un pequeño paraíso motero. La carretera está bien asfaltada, las curvas son bastante sencillas y bien acondicionadas y está muy despejada. Aunque el tráfico puede ser un tanto molesto a veces, puesto que es paso de muchos coches y algunos camiones. ¿Lo mejor? Sin duda, las vistas.
Se dibuja el zig-zag del asfalto ante nosotros, perdiéndose entre montañas sin demasiada vegetación y con pequeños pueblos blanquecinos en mitad de la nada.
Tenemos hambre. Paramos en un pequeño restaurante de paso donde ofrecen un menú diario muy económico. Y por supuesto, disfruto de un gazpacho bien frío con trocitos de pan, jamón y huevo cocido. ¡El mejor que he comido en mi vida!
Llegada a Granada, reconociendo la ciudad
Dejando atrás Las Alpujarras, llegamos a nuestro pequeño Airbnb en Granada. Nos duchamos y salimos a recorrer las calles en busca de las conocidas tapas gratis. Encontramos un pequeño bar en el centro de la ciudad donde nos sirven un tinto de verano bien fresquito y un plato de chipirones a la andaluza. Y más tinto, y más comida. Al final pagamos un módico precio de 13€ por dos personas y acabamos más que llenos y encima ¡un poco alcoholizados! Granada, de noche y de día, es preciosa. Da igual por donde la mires. Sus calles estrechasy blancas, sus adoquines, los rincones con toques árabes o el sonido de una guitarra española. Todo el conjunto te enamora. Y vaya si me enamoré.
La Alhambra: Visita imprescindible en Granada
Descubrir la Alhambra fue una de las mejores experiencias que he tenido (y que tendré).
La conexión que tuve con ese lugar, el poder perderme entre sus detalles arquitectónicos, sus jardines o su museo. Conocer la historia que hay detrás y pelearme con esa aglomeración de turistas dispuestos a sacar la mejor foto del lugar. Un pequeño consejo es sacar las entradas con antelación ya que si no, corres el riesgo de quedarte sin ellas. Y para los más románticos, ¿qué tal un paseo por los Palacios Nazaríes de noche? Granada, ay, mi querida Granada. Entre todas las ciudades del mundo te has posicionado en mi pequeña lista de favoritos. Y mientras me pongo mi casco, mi chaqueta DXR y mis guantes, pienso en las ganas que tengo de volverte a ver; sin haberme ido. Pongo primera, miro hacia atrás. Esto no es un adiós, es un hasta pronto.
Fin de la Ruta por Andalucía en Moto: Llegada a Barcelona
Al volver a casa me espera un maravilloso paquete de Motoblouz. ¡Genial! Lo abro con delicadeza y me encuentro un precioso casco Bell, concretamente el Bell Bullitt; la chaqueta de cuero DXR Vega y las botas DXR Nazka. ¿Puedo morir más de amor? A primera vista, me encanta todo. Sobre todo, después de haber visto que la calidad del anterior material es más que excelente. Las botas Falco Misty, la chaqueta DXR Diana y los pantalones tejanos DXR Diva, apenas se han desgastado en este viaje, ¡y eso que hemos hecho más de 2.000 kilómetros! La comodidad ha estado presente en todo momento y sobre todo, mi propia tranquilidad de estar protegida pero con estilo. Estoy deseando probar el nuevo material y contarte qué me parece.
De momento, ¡toca salir de ruta! ¡Gas!
Gracias Noemí por este artículo realizado con muy buen gusto. Me encantó la introducción…muy emocional y lleno de sentimiento.
Saludos. Vsssssss