El cuero es un material noble que requiere una atención especial para que envejezca en las mejores condiciones. A continuación, os contamos todo lo que necesitáis saber para que su mantenimiento deje de ser un misterio.
Limpieza: Como una patena
¡El mantenimiento del cuero comienza con una buena limpieza! Al igual que en el mantenimiento de la equipación textil, la toallita de microfibra será tu principal aliada. En la medida de lo posible, utiliza toallitas de color claro para limpiar esa prenda de cuero ensuciada por el paso de los kilómetros. Empieza impregnando la toallita con una mezcla de agua tibia y vinagre blanco. Frota suavemente toda la superficie de la piel, insistiendo en las zonas más sucias (costuras, etc.).
¿La suciedad está muy incrustada? La tentación habitual es querer frotar con la parte verde del estropajo para acabar rápidamente.. Sin embargo, los objetos abrasivos deben evitarse a toda costa: corréis el riesgo de marcar el cuero de manera definitiva.
Enjuagad el paño en cuanto empiece a estar sucio (de ahí el interés de un color claro) a fin de no terminar extendiendo la suciedad en lugar de limpiar. Cuando vuestra cazadora vuelva a estar limpia como el primer día, pasad una toallita empapada en agua limpia para eliminar cualquier residuo y quitar el olor a vinagre.
Tratamiento: ¡Vuestro cuero como nuevo!
Antes de empezar, aseguraos de que vuestra cazadora esté bien seca. Esto quiere decir también que debéis evitar hacerlo justo después de un chaparrón…
Utilizad una crema de mantenimiento de cuero para nutrirlo a fondo. Aplicadla con un paño suave y realizando un movimiento de rotación. Dejad reposar una hora. A continuación, pasad otra vez un paño para retirar el exceso de producto y abrillantar el cuero. ¡Os sorprenderá el aspecto renovado de vuestra cazadora, vuestro mono o vuestro pantalón preferido cuando hayáis terminado esta etapa!
Para una protección más avanzada del cuero, también podéis recurrir a un impermeabilizante especial para cuero. Este producto, presentado en forma de aerosol, hará que tarde más en ensuciarse y retrasará la impregnación del agua en caso de exposición prolongada a la lluvia. ¡Indispensable para quienes conducen todos los días!
La limpieza con una toallita de microfibra permite un mayor respeto del cuero
Mantenimiento del cuero: ¿Con qué frecuencia?
Limpiad y tratad vuestro cuero dos veces al año siempre que podáis para asegurarle una larga vida útil. Aprovechad, por ejemplo, el final de cada temporada para aplicar un tratamiento renovador, antes de volver a guardarlo en el armario hasta la primavera siguiente, y dadle otro repaso después de la primavera.
Si conducís durante todo el año, deberéis hacerlo más a menudo, ya que la temporada invernal resulta especialmente dura para esta segunda piel.
Una toallita húmeda de vez en cuando para eliminar los restos de mosquitos y el polvo de vuestra cazadora os permitirá aguantar algo más hasta la próxima sesión de mantenimiento del cuero.
Almacenamiento: ¡Que corra el aire!
Dejando a un lado el mantenimiento, el que vuestra prenda de cuero envejezca bien dependerá igualmente de la forma en que la guardéis. Una cazadora colgada de cualquier manera en un perchero terminará deformándose. Lo ideal es colgarla en una percha y dejarla en una habitación seca y ventilada, para evitar el moho y favorecer el secado.
Evitad igualmente el sol y el calor, que podrían deteriorar su color y endurecerla…
¿Os ha caído encima un buen chaparrón? No hay que preocuparse: el cuero lo aguanta perfectamente. Simplemente, dejadlo secar a temperatura ambiente. ¡Estando mojado, el aire caliente es perjudicial para su salud!
¡Y eso es todo! Si seguís estos consejos, vuestra cazadora de cuero no envejecerá, sino que adquirirá una pátina… ¡Ahí está la diferencia!
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