Presente en el mercado off-road desde hace 50 años, O’Neal, una marca estadounidense creada por el piloto del mismo nombre en la década de los 70, cuenta hoy con una gama completa de equipación para la práctica del off-road y del MBT. El O’Neal 2 Series es el casco que he probado durante un mes y mi primer casco off-road. Y qué mejor que presentar un casco para #EnjoyTheRide cuya marca tiene como lema Enjoy the ride.
Casco off-road O’Neal 2 Series: no es el primero de la clase, pero tampoco el último
Situado al principio de la gama Series que cuenta con 10 niveles, el casco off-road O’Neal 2 Series no tiene nada que envidiar respecto a la calidad de su fabricación y de sus acabados. Es un casco sencillo pero bien hecho. A pesar de que está fabricado en resina de policarbonato, lo que explica su muy buen precio, es un casco bastante ligero. Más aún de lo que dice su ficha técnica, ya que lo he pesado para comprobarlo: 1,35 kg en talla M mientras que la ficha técnica indica 1,45 kg +/- 50 g. Un peso que lo sitúa como rival de algunos modelos de gamas superiores. No cuenta con las últimas novedades en cuanto a seguridad, pero es un aliado interesante para el principiante que soy.
Muy buen diseño
Respecto al look, este casco O’Neal no tiene nada de discreto. Sus líneas con bordes sobresalientes y su diseño aerodinámico le otorgan una agresividad que me gusta mucho, complementado con una estética muy lograda y bastante bien acabada.
Disponible en nada menos que 18 versiones diferentes, seguro que encuentras la que mejor combina con tu equipación o con tu moto. Yo elegí la versión Spyde 2.0 White Red Blue. Un acabado mate que combinará a la perfección con los colores de mi futura moto.
Lo he probado con dos gafas: las Prov Vision y las Oakley Front Line mx. Ambas se adaptan sin problema a la abertura bastante amplia de la calota. Y ambas permanecen perfectamente en su lugar gracias al revestimiento lateral del casco off-road O’Neal 2 Series.
Comodidad: buena. Seguridad: podría mejorar
Una vez puesto y cerrado gracias a su doble anilla, se notan los acolchados un poco duros al principio, pero rápidamente te acostumbras a la firmeza de este interior en microfibra. Interior que además está perfectamente acabado y, por supuesto, es completamente desmontable y lavable. Además, los botones a presión que fijan los acolchados interiores son muy robustos y no se soltarán durante el uso ni al manipular el casco.
A pesar de que es un punto positivo en términos de comodidad y acabados, destacamos la ausencia del sistema Quick Release de los acolchados laterales en caso de accidente. La dificultad de retirar estas piezas si fuera necesario puede representar un grave inconveniente. Otra desventaja de seguridad es que la visera está fijada al casco mediante tornillos. Aunque parece que este sistema está presente en muchos cascos off-road, me parece bastante peligroso para las cervicales que la visera no se pueda soltar de la calota en caso de impacto contra el suelo. Como no soy para nada especialista en este tipo de cascos, se trata de la opinión de un completo novato.
De todos modos, estos tornillos permiten regular la altura de la visera y ajustarla con bastante facilidad en función de la luminosidad.
¿Casco de trail?
Aunque este casco está destinado a un uso «cross», lo he probado en trail. Es decir, tanto en carretera como fuera de ella. Protegida tras el parabrisas, la visera no provoca turbulencias aerodinámicas al circular a las velocidades autorizadas en nuestra red de carreteras. En cambio, de pie sobre la moto o sin parabrisas, las perturbaciones y la resistencia al viento se notan mucho más, sobre todo al hacer movimientos laterales con la cabeza. Esto no es raro en un casco cuyo diseño no está adaptado a este tipo de uso… Por supuesto, este fenómeno desaparece por completo cuando llevas al casco a su terreno favorito.
La ventilación no está a la altura
Respecto a la ventilación, aunque el casco está equipado con múltiples tomas de aire (y a pesar de que lo he probado en invierno), encuentro que la ventilación es bastante pobre. Sólo una corriente muy pequeña de aire circula por encima de la cabeza. Yo, que sudo con facilidad, y todavía más en trail, habría necesitado un mayor flujo de aire… ¡Incluso en invierno! Así que me imagino que a temperaturas más altas el casco dará mucho calor.
En su defensa podemos reconocer que tiene un interior que se seca bastante rápido. No en diez minutos, pero en una parada (larga) para comer. Y, una vez se hayan secado, podrás subirte a la moto sin esa desagradable sensación de humedad al ponerte el casco.
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¡Gracias a François Navarro por las fotos!
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