“Quieta. No sabes nada de la vida, ni hacia dónde vas. Solo sabes lo que te cuentan los libros y nada más. Quizás es que nunca te paraste a preguntar a nadie sobre el significado de las cosas que te perturban tan profundamente. O cuando lo buscas ya no está. Que intentas crear magia y todo el mundo se sabe el truco. Que cuando tú vas, ellos ya han vuelto. Pero quieta, que aún hay más. Risas y risas que has enterrado en tu interior sin importante a donde irán. Porque lo que más te duele es que ya no volverán. No te das cuenta que es mejor vivir este instante sin pensar, sin acciones ni temores que quieran derrumbarte de nuevo esta soledad. Porque sí, quieta, ahí sola. Aprende a convivir contigo misma hasta que te asuma la racionalidad. Porque tienes razones para todo menos para la vida.
Quieta, ni te muevas. No toques nada, ni respires. Quizás las cosas vayan mejor así, ¿verdad? No te das cuenta que tienes algo en tu interior que ofrecer, que por más que vayas por la vida de puntillas vas a dejar tu huella. Tú, huella. Todo parece que se derrumbe cuando no hay nada pero no eres capaz de ver las cosas que te ofrece la
vida. Que todo cambia. Que todo termina.
Quieta sollozando tan adentro que nadie te puede escuchar. Que cuando gritas estás amordazada y cuando lloras no estás bonita. Aprende a vivir. Estando quieta, aunque no te pares”.
Esto que acabas de leer lo escribí el año pasado durante una noche cálida en Bali. Y me sentía así, tan perdida, que tuve que escribir cuatro palabras para desahogarme.
Tras eso y varios viajes, siempre aprendo algo: el viaje, al final, provee. Te ayuda, te hace crecer. Aunque viajes al lado de casa y salgas con tu moto a meditar. Con tu templo, recorriendo el mundo. Siempre hay lugares que utilizamos para desconectar, que por algún motivo u otro, nos hacen conectar con nosotros mismos y evadir la
mente. Pues bien, os presento mi rincón en el mundo.
La moto como refugio
Lo tengo a 20 minutos de casa y está en la zona de Montmell, en Tarragona, a poco más de una hora de Barcelona. La carretera es la TV-2443. Es una zona natural llena de montañas y carreteras de curvas sin apenas tráfico. Con rayos de sol que se filtran entre las ramas y las hojas y con una brisa que te roza el pecho. No puedes correr mucho y debes concentrarte bastante: hay tramos que son muy difíciles y eso requiere toda tu atención.
Por eso adoro la moto. Porque no hay nada en el mundo que me ponga la mente en blanco con tan solo poner primera.
Una buena ruta, una buena equipación
Con este buen día nos paramos en un pequeño pueblito a descansar y a disfrutar de la escapada expréss. Y la verdad es que, si a esta ruta le sumas una buena equipación que te proteja y te haga sentir bien, la cosa es inmejorable. En este caso, estrenaba los pantalones de Alpinestar el modelo Vika, que me tienen ¡enamorada!
Pantalón Alpinestars Vika Cuero
Me encanta todo de este pantalón. Es súper cómodos para ir en moto, te protege en caso de caída y sobre todo, queda espectacular. La sencillez hace que este pantalón sea clave para un look motero estilo custom o cafe racer. Sus protecciones en las rodillas son de alta calidad, aunque un poco duras. En mi caso se las tuve que cambiar
porque ahora en invierno se endurecen con mucha facilidad debido al frío. La composición es de cuero con algunas zonas de tela para que transpire mejor y evite el sudor.
Valoración Pantalones Alpinestars Vika Cuero
Lo mejor:
Sin duda, su estética. Me parece de los pantalones de moto más sexys y bonitos que hay actualmente en el mercado. Y si encima te protegen en caso de caída, es inmejorable.
Lo peor:
Quizás alargaría un pelín más los pantalones ya que en ocasiones se me subía por encima de la bota y se me veían los calcetines (tan sexys) que llevaba. Y obviamente, en verano no sé si será demasiado mortal ponerme estos pantalones. Pero sin duda en invierno son una gozada.
Puntuación Pantalones Alpinestars Vika Cuero: 10/10
Un año más que acaba, otro que empieza. Cientos de viajes en la mente, locuras y aventuras que deseas cumplir. Un sueño por el cual luchar con todas tus fuerzas, como siempre. Y una moto que en breve cumplirá un año a mi lado.
Me despido de todos vosotros y os deseo un súper feliz año nuevo cargado de viajes, motos, rutas y felicidad. ¡Hasta el año que viene!
¡Gaaas!
Ningún comentario
Añade el tuyo