Los pasados 4 y 5 de abril, cambié mis jeans de moto por un auténtico look deportivo con el mono DXR Lady Carla. Nos vamos al circuito de Vaison Piste para mi primer rodaje del año… ¡Un fin de semana 100% divertido, soleado y, sobre todo, una prueba a escala real! Basta decir que esperaba mucho de este mono de moto que promete combinar estilo, protección y comodidad para las moteras más deportivas. Spoiler: lo ha conseguido claramente.
Diseño y ajuste
Cuando saqué el mono DXR Lady Carla de la caja, a primera vista… ¡Me encantó! Un corte bien pensado, para nosotras mujeres, sin caer en el cliché rosa chicle. El cuero de plena flor es flexible y de gran calidad, con pequeños detalles que marcan la diferencia: pespuntes en contraste, elásticos bien colocados y un look elegante sin ser demasiado recargado. Con solo ponérmelo, sentí que nos íbamos a llevar muy bien.
El corte me pareció muy favorecedor. Ni demasiado holgado ni demasiado apretado. Las piezas elásticas en las caderas, los brazos y detrás de las rodillas marcan claramente la diferencia. Todo queda perfectamente en su lugar, pero podemos movernos sin problemas. En resumen, desde el momento en que te lo pones, este mono DXR ofrece una sensación de calidad. El cuero es flexible, facilitando el movimiento, y las piezas elásticas permiten un ajuste muy preciso. La cremallera principal es robusta y se maneja fácilmente. Las cremalleras a la altura de los gemelos facilitan la colocación de las botas, un detalle que me gusta mucho.
El único inconveniente que podría señalar es que cuando quieres quitar la parte superior del mono entre 2 sesiones, no se sujeta en las caderas… Se cae, y es un poco molesto. Así que tenía que subir la cremallera cada vez para que se quedara en su sitio.
Comodidad y libertad de movimiento
Fue una vez en la pista donde el mono DXR Lady Carla mostró su verdadero potencial. Desde las primeras sesiones me sentí muy cómoda. El cuero es lo suficientemente suave como para no sentirte aprisionada, y las zonas elásticas acompañan perfectamente los cambios de apoyo, los movimientos sobre la moto… En resumen, nunca tuve la impresión de luchar contra el mono.
Otro punto que me ha gustado mucho son los puños y el cuello de neopreno. Evita rozaduras o irritaciones cuando pasas todo el día bajo el sol y empieza a notarse el sudor. No tuve esa desagradable sensación de tener el cuello marcado por el roce al final del día.
Protección y seguridad
En cuanto a las protecciones, este mono también aprueba: encontramos las protecciones CE en los hombros, codos, rodillas, sliders integrados… Está listo para protegerte. Solo falta un protector de espalda, que lo puedes añadir en la zona prevista para ello. Para las que, como yo, quieren rodar tranquilas, es algo imprescindible.
El cuero grueso inspira mucha confianza. Sentimos que en caso de caída, hará su trabajo. También me ha gustado que las protecciones se mantengan bien colocadas, incluso moviéndose mucho sobre la moto.
Lo que me encanta… y lo que me gustaría mejorar
Mis +
- El look divertido, colorido y femenino
- La flexibilidad del cuero y la libertad de movimiento
- La inmejorable relación calidad/precio
Los –
- Un poco más de ventilación, porque cuando el sol aprieta, se nota muy rápido el calor
- El protector de espalda no está incluido (pero puedes ponerte el tuyo o un chaleco airbag😊)
- Una pieza elástica en las caderas para poder quitar la parte superior del mono entre 2 sesiones sin que nos caiga hasta los tobillos
Mi veredicto tras dos días en el circuito
El mono DXR Lady Carla me ha acompañado todo el fin de semana sin molestias. Tanto para encadenar curvas, trabajar mis trayectorias o simplemente sentirme segura sobre la moto, el mono ha respondido a mis exigencias. Para una primera inversión en equipación deportiva o para darte un capricho sin gastar demasiado, esta es claramente una gran opción para salidas ocasionales en carretera, así como en circuito.
El mono DXR Lady Carla se ha ganado su lugar en mi armario. Me ha demostrado que el estilo y la seguridad pueden ir de la mano, sin reducir la comodidad. Y francamente, eso es todo lo que se le pide, ¿no?
Ningún comentario
Añade el tuyo