Llevo a España en los genes. ¡Se hacía por tanto urgente ir a rodar por allí a los mandos de mi moto preferida! Pero el primer esbozo del itinerario va a alterar mi programa… Este es el primero de una serie de artículos en los que os contaré mi viaje.
Siempre me ha encantado España. Mi madre, que es de ahí, me ha transmitido bien ese amor por su país… De hecho pasé allí mi más tierna juventud. ¡Y está tan integrada en mis genes que, a día de hoy, trabajo en el servicio de atención al cliente de Motoblouz.es, la versión española de vuestra página favorita! Ya os podéis imaginar que la idea de ir a rodar en moto al otro lado de los Pirineos siempre ha sido un sueño. Y este año, ¡he decidido dar el paso! ¡Quiero montar en moto por España!
¡Decidido, me voy de vacaciones a España en moto!
Solo el trayecto ya resulta tentador: pasaría por las bellas carreteras nacionales desde Roncq (en el extremo norte de Francia) y atravesaría el centro, llegaría a las montañas y finalmente llegaría a Fuentealbilla (pueblo natal de mi mamá). Esta pequeña localidad es famosa por su fuente de la Mora, ¡aunque hoy en día es más conocida por su futbolista internacional Andrés Iniesta! Se encuentra en la provincia de Albacete (comunidad autónoma de Castilla-La Mancha), en el sureste, muy conocida por Don Quijote y Sancho Panza y su padre espiritual, el escritor Cervantes.
Empiezo a calcular mi itinerario. Me doy cuenta de que son al menos 1900 km los que me separan de mi destino. Una distancia que me parece difícil de recorrer en moto… Os explico: he adquirido una Harley Davidson Sportster 1200 Forty-Eight. ¿Qué la distingue? ¡Un magnífico depósito « Peanut » de 7.5 L! Vamos, que tendría que parar al menos 20 veces para llenar el depósito – ¡o sea unos 40 repostajes ida y vuelta! Un viaje que pronto se convertiría en una visita de estaciones de servicio de Francia y España…
Además, mi 1,97 m de estatura haría de tal viaje algo cansino más que nada, y no hay que olvidar que son vacaciones.
¿Pedir que me lleven la moto? ¡Por qué no!
Entonces si no puedo ir en moto a España, ¿por qué no mandarla para allá? Primer acto reflejo, hacer uso de ese famoso motor de búsqueda americano amigo de todos. Evidentemente la solución que aparece de inmediato es el tren. Problema: el transporte ferroviario de mercancías resulta caro. Además solo llega hasta la frontera española y además tengo que ir hasta Paris Bercy para depositar mi montura y tomar el siguiente tren a España.
Segunda idea: alquilar una furgoneta pequeña, cargar la burra detrás y bajar por la autopista. Idea más costosa que la anterior, y eso sin contar con los gastos del viaje.
Finalmente, doy con la idea más sencilla y asequible: ¡acudir a un transportista especializado!
Concertar una cita: súper fácil
Tras algunas búsquedas más me aparece una empresa especializada en el transporte de vehículos de todo tipo, entre ellos motos, con sede en Madrid y llamada Europe Speed Express 24 S.L. Me pongo rápido en contacto con ellos (ver los datos más abajo). Me responde José, un señor muy simpático que me pregunta cuándo deseo enviar a mi preciosidad al otro lado de los Pirineos. ¡Me confirma que puede hacerse cargo en 48h! Unas horas más tarde, José vuelve a llamarme (¡casi igual de bueno que nuestro servicio de atención al cliente!) para comunicarme la tarifa así como los horarios precisos de recogida. ¡Asunto resuelto!
Una vez concertada la cita, José me da el número de teléfono del chófer que vendrá directamente al trabajo a recoger la moto. ¿Y el presupuesto? Calculad entre 250 y 300 € para mandar a vuestra niña a España y evitaros así el cansancio, el desgaste de consumibles y demás.
Un pequeño apunte, esta empresa no se limita a España, y puede hacerse cargo de vuestra moto en toda Europa. Los tipos hablan español, pero tranquilos también hablan inglés y hasta algo de francés.
La recogida de la moto: bastante tranquilizadora
Día D: recibo una llamada del chófer, un tipo súper simpático, que me avisa alrededor de una hora antes de llegar.
Cuando llega, hacia mediodía, confieso estar algo ansioso, un poco como una madre que deja a su crío el primer día de clase… Por supuesto, el transporte incluye un seguro que cubre hasta el precio de la moto, pero aun así nos duele un poco verla marcharse. En realidad, tengo incluso la impresión de abandonarla, hasta tal punto que me parece que me mira de reojo, como el gato de Shrek… Media hora más tarde, la moto está cargada y bien amarrada en la furgoneta. Firmo los papeles, y tras un apretón de manos lanzo un último « ¡hasta luego guapa ! » a mi querida moto.
Mis estimados colegas, que han seguido la operación desde lejos, no se privan de decirme que, en mi lugar, nunca habrían dejado que un desconocido se llevara su moto. Ignoro con valentía sus comentarios algo burlones y para olvidarme de esta dolorosa separación, me pongo con los preparativos para el viaje una vez llegado.
Los preparativos: mi equipo para circular por el calor español
Debéis saber que voy a circular por una de las zonas más calurosas de España (40ºC de media). La idea de circular en bermudas y camiseta es tentadora, ¡pero seguridad ante todo! Así que opto por una chaqueta de verano bien ventilada, máxime teniendo en cuenta que nuestra excelente marca DXR ofrece una muy chula, la ADD’Air. Lo mismo en cuanto a los guantes, cojo los más ventilados que hay. Opto por los DXR Puncher (sobre los cuales también redactaré una pequeña prueba a mi regreso) y aprovecho para pedir unos vaqueros para la moto DXR Kevlar. En cuanto a las zapatillas, elijo las V Quattro Twin Marrones, algo más ligeras y frescas que mis botas Dainese actuales. Me quedaré con mi casco preferido, el que uso todo el año, un magnífico Bell Custom 500 Roland Sand con pantalla bubble (¡precioso!). Ofrecerá más ventilación que un integral.
Para llevar mis cosas, cojo una mochila DXR (¡una obsesión cuando uno trabaja en Motoblouz!). También cojo una camiseta interior técnica DXR Fresh para permanecer seco a pesar del sudor…
La parte más placentera: ¡trazar mis itinerarios!
¡El equipo ya está! Me ocupo de los trayectos que voy a hacer allí. Ya lo habréis adivinado, no tengo intención de circular las 24h. Lo que me apetece es disfrutar del lugar a base de trayectos chulos de entre 100 y 400 km. Son menos repostajes, y a mi modo de ver la mejor forma de disfrutar de las carreteras españolas, que son sencillamente maravillosas… ¡Espero convenceros de ello con los artículos que están por llegar!
Día 3: ¡mi Forty-Eight ha llegado a su destino!
Recibo la noticia tres días más tarde: mi moto ha llegado bien a España. Mis padres, que se encuentran allí, se han encargado de la recogida. ¡No me olvido de burlarme un poco de mis colegas, en justa venganza! En realidad, no estaba inquieto ya que durante el trayecto pude hacer un seguimiento de mi moto. Y además recibí mensajes tranquilizadores del chófer. En fin, que Europe Speed Express 24 S.L. se ha portado, ¡y os recomiendo encarecidamente sus servicios!
¡Mis primeras vacaciones en moto pintan bien!
Pues sí, es la primera vez que me voy « de aventura » con mi moto… Tengo algunas dudas, es normal. Entre el peligro de quedarme sin gasolina, aunque hoy en día con los smartphones se puede encontrar cualquier cosa (hasta Pokémons…), los golpes de calor, sin olvidar las averías mecánicas y los accidentes, va a haber que llevar cuidado. Pero voy a vivir un sueño con los ojos abiertos in situ, ¡así que estoy dispuesto a correr cualquier riesgo!
¡Continuará en el próximo episodio , salida hacia Benissa!
Y « ¡no os olvidéis de frenar! » 😉
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