¿Un tramo de la costa oeste de Estados Unidos en moto? Desde Los Ángeles hasta San Diego por las pequeñas (y grandes) carreteras

Desde Malibú hasta San Diego, hay 160 millas, es decir, un poco más de 250 km. 250 km de costa, de surf, de palmeras, de extensas playas (en su mayoría vacías). Podemos llegar conduciendo por la famosa interestatal 405 y, luego, por la 5; es el camino más rápido y más corto sin duda. Pero es también menos bonito, más ruidoso y menos California Life Style… Aún más si decidís viajar por la costa oeste de Estados Unidos en moto con el viento acariciándoos el cabello.

Las playas de la costa oeste de Estados Unidos situadas alrededor de Los Ángeles

Malibú, Santa Mónica, Venice, Playa del Rey, El Segundo, Manhattan Beach, Redondo Beach… Si tenéis la sensación de estar reviviendo una serie de televisión de los años 80 o 90, es completamente normal. Yo tengo esa sensación desde hace 10 meses, desde que estamos aquí. Pero confieso que cada vez menos, ya que veo o utilizo esos nombres casi todos los días.

Lo más sorprendente, y es el caso de Los Ángeles en general, es que todas estas playas son distintas aunque estéis en una “misma ciudad”*. La gente es distinta, el ambiente es distinto e incluso la playa en sí misma puede ser distinta. Malibú es rocosa y más pequeña; Santa Mónica es larga, ancha y extensa; y Venice está llena de turistas y de palmeras, y es más guay y menos sofisticada que las otras dos. ¿Playa del Rey? La playa está situada a los pies del aeropuerto, por lo que podréis ver despegar los aviones desde vuestra toalla. En El Segundo podréis bañaros, broncearos y hasta hacer una barbacoa en sus famosos pozos de fuego.

Todo esto en moto es un poco más complejo. En casi toda la costa oeste de Estados Unidos, si circuláis por la célebre 101 o la carretera 1, podéis ver la playa desde la carretera. Sin embargo, en “Los Ángeles”, no todas las playas pueden verse desde la carretera. Esto es una ventaja cuando estáis en la playa, pero no cuando decidís disfrutar del paisaje desde vuestra moto. Naturalmente, también podéis bordear la playa pasando por la avenida Lincoln, desde Santa Mónica hasta Playa del Rey, donde encontraréis un montón de tiendas de moto. Aviso a los incondicionales de estas tiendas: podréis encontrar tiendas como Deus Ex Machina, Iron & Resin, Harley y muchas más.

En la punta de Rancho Palos Verdes, entre dos bahías

Desde Redondo Beach, retomamos la carretera al borde del mar. Y ahí, amigos míos, ahí, os quedaréis con la boca abierta. Pero no bajéis la guardia porque la carretera sube un poco. (No he puesto ninguna foto para no revelaros nada por adelantado). Palos Verdes es un acantilado repleto de preciosas casas, inaccesibles por supuesto, desde donde podréis disfrutar de una magnífica vista de la bahía de Los Ángeles. En moto es una auténtica maravilla, sobre todo si está despejado. La costa es rocosa, muy verde, montañosa… A solo 25 millas de Los Ángeles, podréis olvidaros de la agitación de la gran ciudad y disfrutar de la vista, del frescor y de los puertos marítimos.

Luego, podréis bajar hasta Long Beach y descubrir su “magnífico” puerto marítimo (si es que os gustan los contenedores). Long Beach, además de ser el lugar donde nació Sir Snoop Dogg, es un lugar perfecto si os gustan los festivales de música. Muchos de ellos se celebran en la playa o en los parques aledaños. Allí se concentran varias veces al año los moteros de los alrededores para asistir al Progressive International Motorcycle Show. Precisamente, estuvimos allí el pasado noviembre. En general, cuanto más os alejéis de Los Ángeles siguiendo la costa, más apreciaréis el espíritu Ride and Sun de California. Moteros, Harleys, surf, olas, el placer de vivir…

Desde Long Beach hasta Dana Point, el paraíso del surf

Podréis disfrutar de la vista de las playas directamente desde vuestra moto. Solo tenéis que enfilar la famosa 101 y echar un vistazo de vez en cuando a las playas sin perder de vista la carretera. De hecho, muchos moteros la utilizan para alardear y lucirse. Es, digamos, el paraíso de las motos custom, que son tan llamativas como ruidosas.

A pesar de que el espíritu motero está también muy presente, las playas de Seal Beach, Huntington Beach y Newport Beach son las playas para practicar surf por excelencia. Como podéis imaginar, allí el espíritu es muy “californiano”. Casas de madera a la orilla del mar, extensas playas de arena que culminan en grandes olas sembradas de decenas y decenas de surfistas y, si tenéis suerte, hasta podéis ver el sol. La vida es más tranquila y la gente lleva chanclas y bermudas durante todo el año. Incluso en moto, ya que nada les obliga a utilizar una chaqueta, unas botas o un pantalón. Los moteros prefieren el casco bol, más pequeño que el casco jet, y las mangas cortas o incluso las camisetas sin mangas… de cuero.

Dana Point y el Doheny State Park

Dana Point, y más concretamente el Doheny State Park, es sin duda mi lugar preferido. Es un parque situado a orillas del océano donde podéis acampar prácticamente en la arena. Entre el océano y la interestatal 5 más concretamente, pero, por una vez, la carretera no se oye demasiado. Es un lugar imprescindible si decidís bajar hasta San Diego bordeando la costa como hicimos nosotros, o al contrario.

El camping del Doheny State Park es un poco más caro, pero siempre está lleno. Cada verano, familias de surfistas acuden a él con sus furgonetas, sus perros labradores y todo tipo de tablas. Bienvenidos a California, la auténtica California. Si llegáis en moto, podéis atravesar directamente la barrera… pero nosotros no somos de esos (silencio). Dimos media vuelta para pasar por el control del parque y pagar los 45 $ que cuesta la noche. Es un poco más caro que el resto, ya que aquí no pudimos utilizar nuestra tarjeta anual de acceso ilimitado a parques nacionales. Pero la ubicación, la calidad del parque y la cercanía del océano merecen la pena.

Celebramos mi cumpleaños en el desierto, pero nuestro primer aniversario de bodas lo celebramos aquí, bajo una tienda a la orilla del mar, con un buen vino tinto francés y charcutería italiana.

Qué ver en la costa oeste de Estados Unidos: San Clemente, Carlsbad, Encinitas, La Jolla

Las siguientes playas tienen todas el mismo espíritu. Aquí la ventaja es que solo hay una carretera para bajar hasta San Diego, la interestatal 5, desde donde podréis ver la playa durante todo el recorrido. Incluso algunas zonas están rodeadas de playas por un lado y de lagunas por el otro. Es un paisaje muy bonito y, en moto, es especialmente agradable.

Para vuestra información, hay una fantástica tienda de dónuts en Carlsbad, The Goods. Estuvimos dudando unos minutos entre el clásico dónut glaseado y el dónut relleno de cheesecake y fresas. Como era nuestra primera visita, el vendedor nos regaló uno de ellos. Así que ambos pudimos disfrutar de tres enormes y deliciosos dónuts. Si descendéis por la costa oeste de Estados Unidos, Carlsbad es una parada obligatoria para los más golosos.

Justo antes de llegar a San Diego, se encuentra el barrio de La Jolla. Es un barrio lleno de pequeñas playas, calas, rocas y leones marinos. La Jolla es un lugar más bien elegante, pero es muy bonito y muy agradable. Es una parada muy interesante si queréis ver de cerca (y oler) los leones marinos y las focas.

San Diego, una ciudad a escala humana

San Diego es la auténtica ciudad americana: coches grandes, edificios grandes y carreteras grandes (no siempre agradables si viajáis en moto). Pero hay que reconocer que tiene un tamaño más humano que Los Ángeles. Incluso si vais en moto, podréis visitar su centro o algunos de sus barrios a pie. Ideal para estirar las piernas después de haber llegado hasta aquí.

Nos alojamos en una pequeña cabaña situada en la parte alta de la ciudad, cerca de South Park, un barrio de moda. El barrio Gaslamp Quarter, en el centro de la ciudad, con sus bares, restaurantes y otras animaciones, está solo a 10 minutos en moto. Y si os gusta el pescado fresco, el puerto y la base naval, donde están atracados los grandes buques de la marina estadounidense, están solo a unos minutos.

Si preferís tener una mayor perspectiva de la ciudad y verla desde arriba, el Cabrillo National Monument es el lugar ideal y lo podéis visitar perfectamente en un solo día. La entrada es gratuita si disponéis de la tarjeta nacional. Una vez dentro, tenéis que conducir, conducir y conducir hasta llegar al final. Cuando lleguéis a la punta, podéis divisar la silueta de la ciudad y disfrutar de una fantástica vista de la bahía de San Diego, del puerto militar e incluso de México si el cielo está despejado (foto anterior tomada con una cámara digital).

Por el otro lado, podéis bajar hasta la playa. Allí encontraréis una especie de piscinas naturales, que se llenan de agua cuando sube la marea y que parecen auténticas “zonas de excavaciones” cuando esta baja. Podréis encontrar también algunos surfistas… que supongo que llegarán hasta allí en barco. En general, tanto desde un lado como desde el otro, disfrutaréis de una bonita vista.

Y, para terminar, la ciudad de San Diego es genial… Pero os recomendamos sobre todo viajar en moto por la carretera de la costa oeste de Estados Unidos con una chaqueta ligera. ¡Buen viaje!

Mathilde, One Month One Ride.

*He dicho la misma ciudad, pero Malibú, Santa Mónica, Manhattan y Redondo Beach son ciudades diferentes.