En invierno suele haber dos escuelas: por un lado están los inamovibles de las dos ruedas, que sacan la moto aunque llueva, haga viento o nieve. Por otro lado, están quienes prefieren guardar la moto en el garaje durante una temporada y esperar pacientemente a que las temperaturas sean más clementes para retomar con más ganas.
Si pertenecéis a esta segunda categoría, seguramente ya sepáis que conviene seguir unas pautas para evitar contratiempos en la puesta en marcha de vuestra máquina. Después de haber dado una vuelta por el paddock, os ofrecemos algunos consejos para empezar con buen pie y limpiar vuestra moto de la mejor manera posible.
¡Seguidme!
1 – Recargarás la batería
Es lo primero de lo que debéis ocuparos al sacar vuestra moto de su hibernación.
Después de 3 meses de inactividad, es muy probable que vuestra batería esté completamente descargada. Inspeccionadla de arriba a abajo y, ya que estáis, aprovechad para pasar un cepillo de latón por los terminales a fin de eliminar cualquier acumulación de óxido.
Ver nuestro tutorial « Cómo cuidar la batería de vuestra moto »
2 – Te ocuparás de la cadena
En el paddock, todos estamos de acuerdo: la cadena en un punto de control ineludible después de varios meses de inactividad.
El primer paso consiste en engrasar la cadena. Evidentemente, tampoco hace falta lubricarla por completo: concentraos en los dientes de los piñones, así como en el interior y en la superficie de los rodillos. Tened cuidado de no engrasar demasiado el conjunto: siempre es mejor repetir la operación con cierta frecuencia.
Una vez que la cadena esté limpia, habrá llegado el momento de tensarla, si lo veis necesario.
3 – Comprobarás tus neumáticos
¡La seguridad no se concibe sin unos neumáticos en buen estado! Al salir del invierno, conviene que os intereséis por la salud de vuestros neumáticos.
En primer lugar, controlad su nivel de desgaste. ¿De qué manera? Controlando los indicadores de desgaste (vale, reconozco que esta era fácil), situados en la banda de rodadura, sin olvidarse de echar también un vistazo a los laterales.
Una vez finalizado este paso, llega el momento de comprobar la presión. Como ya sabréis, una buena adherencia es indisociable de unos neumáticos correctamente inflados. Inflad vuestros neumáticos procurando respetar las recomendaciones del fabricante.
4 – Controlarás tus niveles
Aceite, líquido refrigerante, líquido de frenos: si hay algo que no falta en una moto son niveles para controlar. Conviene no pasar por alto ninguno de estos indicadores antes de salir con vuestra moto en busca de nuevas aventuras.
Ahí va un truco de regalo: ya que estáis controlando los diferentes niveles de la moto, ¡aprovechad también para comprobar que tenéis gasolina suficiente!
5 – Abrillantarás tu carenado
Todo el mundo sabe que, después de unas cuantas semanas inmovilizada en el garaje, lo más normal es encontrar la moto cubierta de una fina capa de polvo.
¿Por qué no aprovechar para darle a vuestro vehículo una buena limpieza de primavera? Coged la mejor esponja que tengáis y tened preparada agua con jabón: ¡No hace falta nada más para dejar vuestra moto como nueva!
¡Ya estáis listos para inaugurar una nueva temporada! Antes de echaros a la carretera, aseguraos de que todos los elementos de seguridad (luces, intermitentes, etc.) funcionen correctamente. ¡Y a devorar los kilómetros!
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