Nuestros consejos para conducir en moto con pasajero


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¿Por fin os habéis comprado vuestra nueva moto y queréis llevar un pasajero? ¿Os gustaría conducir con más soltura cuando vais acompañados? Cédric, Moniteur Hors des Clous y Meuhsli comparten con vosotros sus consejos para que la conducción con pasajero se convierta en un verdadero momento de disfrute.

¿Qué es lo que cambia al llevar un pasajero?

Conducir una moto con pasajero tiene su intríngulis. La presencia de un pasajero influye obviamente en el comportamiento dinámico de la moto, especialmente a baja velocidad.

Poco puede hacerse contra las leyes de la física, y la presencia de un peso adicional en el vehículo repercute en varios factores que conviene tener en cuenta. La distancia de frenada se alarga, la capacidad de aceleración se reduce (se nota particularmente en las máquinas poco potentes), y la fuerza centrífuga, muy presente en las curvas, también aumenta.

No os quedará más remedio que adaptar vuestra conducción. Más que nunca, conviene anticipar las maniobras (adelantamientos, toma de curvas, carreteras en mal estado, etc.), así como aumentar la distancia de seguridad, sobre todo si la adherencia no es buena.

A baja velocidad, el principal problema con el que nos encontramos es que el pasajero no puede « fundirse » con la moto de la misma forma en que lo hace el piloto, y su influencia sobre el centro de gravedad (y, por consiguiente, sobre el equilibrio) genera inestabilidad muy fácilmente. Incluso si conocéis bien la teoría y lleváis un pasajero con experiencia en estas lides, la interpretación que este último haga de   vuestras intenciones siempre será limitada.

Con pasajero, la altura de la moto no es la misma, y el centro de gravedad se desplaza hacia atrás. Para compensarlo, no olvidéis ajustar vuestra suspensión. Hoy en día, lo más habitual es que las máquinas permitan como mínimo el ajuste de la pretensión del amortiguador trasero: ¡es la ocasión de ponerse a ello! Siempre podéis consultar vuestro manual de utilización, que suele ofrecer una tabla de ajustes a aplicar en función de la carga (pasajeros, equipaje, etc.).

Julie, la mujer de Meuhsli nos cuenta su experiencia

« Nunca imaginé que algún día acabaría siendo la pasajera de un motero. Y sin embargo, ahora, después de tantos años conduciendo juntos, me veo capaz de redactar un código de conducta para pasajeros de moto.

Desde el primer día, solo con ver la altura del asiento, comprendí que me esperaba un largo aprendizaje. Nunca me había fijado realmente en lo altos que están. A no ser que hayáis montado a caballo o practicado la gimnasia como disciplina deportiva, seguramente sentiréis el mismo terror que yo ante la idea de tener que levantar la pierna tan alto. Por poco se me rompe el pantalón, como si no me sintiera ya lo bastante ridícula intentando mantener el tipo. Hubiera sido apoteósico.

Además, no se me ocurrió mejor cosa que intentar subir por el lado del tubo de escape. Podría haberme quemado la pierna… La moto acababa de recorrer 100 kilómetros. Eso sí que lo sabía. Lo que no sabía es que el tubo de escape estaba más caliente que una placa de cocción, y que el mínimo contacto me hubiera dejado una buena marca durante mucho tiempo. »

Lo que he aprendido

« En los primeros meses, aprendí que no se puede montar con cualquier par de botas. Por muy impermeables que os parezcan las vuestras, conviene no dar por hecho que protegerán vuestros pies… Nunca olvidaré la mirada acusadora del piloto ante el « ruido de esponja » que hacía al caminar.

Otra cosa: si pensáis que es una buena idea poneros vuestro fular de seda o la bufanda de tela que soléis llevar en otoño para evitar tener anginas, ya os aviso de que no es así. El fular se soltará en cuanto la moto empiece a ir un poco rápido, y la bufanda no dudará en estrangularos mientras ondea como una condenada. Pasaréis todo el viaje sujetándola muy fuerte sin poder evitar su molesto aleteo. En definitiva, no os servirán de nada y supondrán más un molestia que otra cosa.

Si algo he aprendido para los trayectos largos, es que todo lo que una lleve puesto es importante. Desde las braguitas hasta los calcetines, pasando por el protector de espalda y un casco de la talla correcta.

Evitad todas vuestras bonitas prendas interiores de seda o de satén. Con la posición abierta de las piernas, pueden acabar siendo un auténtico instrumento de tortura. No sabría deciros si es debido al roce del tejido o al calor que desprende la moto, pero lo cierto es que jamás he ido más cómoda que con un calzoncillo tipo bóxer o shorty de algodón. »

La seguridad

« También he terminado aceptando que conviene gastarse algo de dinero, aunque solo sea en lo referente a la seguridad. Tal vez vuestro piloto tenga un casco que prestaros o algún otro trasto usado, más o menos de vuestra talla, durmiendo en algún rincón de su garaje… Pero no hay nada como tener su propia equipación, con la talla correcta. Sin ir más lejos, el casco: es absolutamente fundamental tener uno con el que os sintáis bien, y que sea nuevo. Nunca se puede estar seguro de que un casco prestado no haya sufrido algún choque, lo cual anularía toda su capacidad de protección. Un pantalón nuevo os evitará los ataques de pánico ante un velcro que no funciona o una cremallera atascada, por no hablar de la incomodidad que supone utilizar una prenda que no habéis elegido.

La equipación de un pasajero o de una pasajera de moto cuesta tan cara como la de un piloto… Sin embargo la seguridad es la misma para ambos. Y quién sabe si no os enamoraréis de la moto antes de enamoraros del piloto… ¡Tal vez incluso terminéis sacándoos el permiso! Todo es posible en esta vida… »

Escuchad a vuestro pasajero

Es siempre el conductor quien debe adaptarse a su pasajero en función de la experiencia de este con la moto. Sed humildes y dejad a un lado las ganas de impresionar conduciendo por encima de vuestras capacidades. Podríais lamentarlo profundamente.
Pensad que, aunque llevéis poco tiempo conduciendo, vuestra formación os ha permitido familiarizaros con la máquina: su inercia, su centro de gravedad, su aceleración, su frenada… Conviene tenerlo en cuenta, sobre todo si se trata de la primera experiencia en moto para vuestro pasajero. En ese caso, adoptad una conducción lo más tranquila posible.

Parad a menudo e intercambiad impresiones para saber lo que le ha parecido: ¿ha sentido miedo o le ha impresionado algo en particular?, ¿le ha costado permanecer en su sitio?, ¿no se ha sentido en seguridad? Aprovechad también para hablarle de vuestras impresiones como piloto: ¿se coloca bien en la moto?, ¿se mueve demasiado en el asiento?

Adaptad vuestro ritmo en función de la información recibida, con el fin de evitar que, ante un imprevisto, vuestro pasajero reaccione mal y desestabilice la moto. Un pasajero de moto capaz de anticipar vuestra conducción se lo pasará igual de bien en la carretera que vosotros.

Y escuchad a vuestro cuerpo…

Tampoco olvidéis que, por parte del conductor, la fatiga física y mental se hará sentir antes. Razón de más para reducir el intervalo entre cada pausa. Esta fatiga será aún más importante si conducís con una postura deportiva. Vuestros brazos y vuestras cervicales sufrirán de lo lindo, y vuestro pasajero también se cansará más rápido. Si tenéis previsto hacer bastantes kilómetros, enseñadle a relajarse en marcha desentumeciendo sus brazos y sus piernas en los tramos rectos a velocidad constante, o cuando estéis parados.

También es fundamental que podáis comunicaros durante el trayecto. Para ello, es una buena idea tener una charla previa con el pasajero y darle las indicaciones adecuadas en cuanto al comportamiento a adoptar sobre la moto.

¿Cómo preparar a su pasajero?

Antes de nada, conviene dar una serie de instrucciones al pasajero de la moto. Averiguad la experiencia que tiene (como pasajero, pero también como conductor). Si se trata de su primera experiencia, explicadle cómo son las sensaciones propias de la moto a fin de tranquilizarle y evitar que se os asuste en la primera curva.
Acordaos de vuestros propios comienzos… Al tomar una curva, la moto se inclina, y esa sensación no resulta necesariamente natural para todo el mundo.

Explicad bien que se trata de comportarse de la forma más « neutra » posible sobre la moto, respetando un eje vertical. Con la experiencia, el pasajero podrá mostrarse más dinámico. Pero, si se trata de un(a) « debutante », es mejor que se limite a un comportamiento con el menor impacto posible sobre la conducción.

Un error frecuente y potencialmente peligroso por parte de los pasajeros es buscar « contrarrestar » la inclinación de la moto.

No olvidéis que tendréis muy poca información sobre el comportamiento de la persona de detrás. Si está crispada, es posible que no se atreva a comunicarse con vosotros. Explicadle que lo ideal es relajarse y evitar tratar de cambiar de postura. ¡Aunque no siempre resulte fácil! Sed comprensivos y no olvidéis que la mejor manera de evitar el estrés es adoptar una conducción lo más tranquila posible.

Hablando de comunicación, es indispensable que establezcáis un « código » entre vosotros. Por ejemplo, mediante toquecitos en el muslo (si el pasajero va agarrado al piloto) o sobre el hombro (si se agarra a las asas de sujeción). Para el pasajero, es muy importante que pueda indicaros si quiere que paréis, por ejemplo. Con un intercomunicador, es obvio que la comunicación resultará mucho más sencilla.

¡Subirse a la moto no es tan instintivo como parece!

Una vez transmitida toda la información necesaria, es hora de equiparse y subirse a la moto.

El conductor es el responsable de garantizar la estabilidad de la moto mientras el pasajero se instala. Con la espalda recta, sujetad firmemente el manillar y separad los pies de la moto todo lo que podáis, a fin de garantizar la máxima estabilidad. Esperad a sentiros realmente cómodos sobre vuestros puntos de apoyo antes de decir a vuestro pasajero que ya puede subir. Dejad el caballete puesto durante ese tiempo, como medida de seguridad adicional en caso de que perdáis el equilibrio.

De hecho, es la razón por la cual el pasajero debe montar sistemáticamente por el lado izquierdo de la moto.

Al apoyar el pie izquierdo en la estribera izquierda, a fin de ganar la altura necesaria para pasar por encima la otra pierna (particularmente en las máquinas deportivas, que tienen el asiento bastante alto), el peso suspendido puede ser considerable. Tened mucho cuidado.

No dudéis en indicar a vuestro pasajero de moto cómo se monta, aunque a vosotros os parezca evidente. Una vez más, son cosas que no tienen por qué resultar igual de claras para todo el mundo, sobre todo tratándose de un(a) debutante con un montón de ideas agolpadas en la cabeza.

Cómo colocarse en la moto

Una vez sobre la moto, lo mejor es arrimarse al conductor para evitar las turbulencias, pero dejando el espacio suficiente para evitar el choque de cascos en cada frenada… No siempre resulta evidente en los primeros trayectos, pero el dúo debe aprender a compenetrarse.

El pasajero puede agarrarse a las asas de sujeción, en el caso de que la moto las tenga. En las deportivas y las roadsters deportivas, el asiento del pasajero viene a veces provisto de una correa… de utilidad más que cuestionable. Si tienes previsto conducir acompañado con cierta frecuencia, existen soluciones que permiten, por ejemplo, añadir un asa a la altura del tapón del depósito.

La idea consiste en evitar, en la medida de lo posible, que el pasajero se agarre al conductor y lo desestabilice.

Se recomienda apoyar el tercio delantero del pie en la estribera para disfrutar de un mejor agarre en las frenadas.

En cuanto a las piernas, lo ideal es que estén pegadas a la moto. Del mismo modo, cuanto más cerca del cuerpo estén los brazos, mejor.

Son costumbres que, con la práctica, terminan adoptándose de forma natural. La « rutina » que se instala entre el piloto y el pasajero permite dar a la conducción un mayor dinamismo.

La vida en la parte de atrás de la moto

Por si no lo sabíais, el pasajero, al igual que el conductor, debe llevar la equipación obligatoria: en concreto, un casco homologado. Es vuestra responsabilidad sensibilizar al pasajero sobre la importancia de protegerse.

Pero, más allá del cumplimiento de la normativa, también es preciso protegerse del frío y la lluvia, así como reducir el riesgo de lesiones. No olvidemos que el pasajero está igual de expuesto que el piloto. Es por ello que os recomendamos encarecidamente llevar una equipación completa en todas las ocasiones, incluidos los trayectos cortos, ya que son precisamente aquellos en los que más accidentes se producen.

La equipación correcta…

Una cazadora de moto resistente, un calzado adaptado, unos guantes cómodos, un pantalón reforzado… Actualmente existen productos asequibles que protegen eficazmente contra la abrasión y los choques.

Al igual que sucede con el piloto, es indispensable elegir una equipación adaptada a la talla y la morfología de cada persona. Una equipación que no se ajusta bien no será tan eficaz como debería a la hora de la verdad.

Olvidaos de las cazadoras, los guantes o el casco prestados… Salvo que la talla corresponda exactamente. Ser pasajero de moto también es montar en moto al fin y al cabo. ¡Hay que equiparse como es debido!

Por todos estos motivos, si tenéis previsto montar en moto a dos, más allá de la típica vuelta por el barrio, es preferible contar cada uno con su propia equipación.

Para mayor comodidad, podréis elegir una equipación adaptada a las condiciones climáticas. Pensad en llevar con vosotros un cubrecuello para los momentos más frescos del día, o prendas interiores de material técnico cuando haga frío.

En cualquier caso, debéis evitar todo aquello que pueda « sobresalir ». Así pues, nada de calzado con cordones (salvo que vayan acompañados del correspondiente sistema de seguridad, como en las zapatillas para moto), ni bufandas, ni cualquier otro elemento que pueda engancharse en las ruedas o en la transmisión de la moto.

¿Y por qué no un buen intercomunicador?

También tenéis la posibilidad de equiparos con un intercomunicador para romper con la monotonía en los trayectos largos y retrasar así la aparición de la somnolencia. Aunque nuestro principal consejo, por supuesto, es ir siempre bien descansados en moto.

Este tipo de dispositivos, fáciles de utilizar y compatibles con la gran mayoría de los cascos, son un medio para comunicarse sin tener que gritar (¡a menudo en vano!) cuando salgáis de las zonas urbanas y el ruido del viento cubra vuestra voz.

Para un uso « piloto-pasajero », no es absolutamente necesario optar por los modelos más costosos. Por lo general, los intercomunicadores de gama más alta están destinados a un uso « de piloto a piloto » (de ahí su mayor alcance). Además, cuentan con otras funciones, como reconocimiento de voz, control de música, etc.

Una vez en la carretera, no dudéis en pedir a vuestro pasajero que os eche una mano si se presenta la ocasión. Su ayuda puede ser preciosa, por ejemplo, a la hora de pagar o recoger el ticket en los peajes.

Y, por último, como decíamos más arriba, parad a menudo. Aunque el pasajero esté acostumbrado, la postura de quien va detrás no precisamente cómoda. Sobre todo en las máquinas deportivas. Parad, caminad un poco y, por qué no, tomad algo juntos. Puestos a compartir un viaje en moto, ¿por qué no disfrutar también de las paradas?

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meuhsli

Meuhsli (bloggero #EnjoyTheRide Francia): creador en 2013 del blog La poignée dans l'angle, monté sobre mi primera moto hace más de 10 años. Pasé de una 50cm³ a un otra de gran cubitaje. Hoy voy en una S1000R tanto para el día a día como para los paseos del domingo, solo o de a dos. Enjoy the Ride!

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