Prueba: Cubrepiernas Bagster Boomerang para Yamaha Tricity


El frío y las precipitaciones se han instalado en toda Francia: es el momento ideal para probar a fondo el cubrepiernas Bagster Boomerang sobre mi fiel montura, un Yamaha Tricity. Este accesorio, muy apreciado por los urbanitas, ofrece unas ventajas innegables. Pero su uso y su elección no siempre resultan evidentes. Veamos juntos lo que este cubrepiernas puede aportaros, y también lo que puede quitaros…

Bagster quiere a tu moto

Bagster forma parte del mismo grupo que las marcas Shark, Bering y Segura. De hecho, el sitio web de la marca francesa de accesorios para moto y scooter comparte las mismas subdivisiones que Shark para sus cascos.

Bagster es un clásico dentro del segmento de los accesorios de equipaje para moto. Junto con la marca italiana Tucano Urbano, se reparten el mercado de los cubrepiernas para scooter.

Bagster puede llegar a ofrecer hasta dos modelos distintos para determinados modelos de scooter. En lo que respecta al Yamaha Tricity y su clon, el Tryptik de MBK, propone los modelos Boomerang y Winzip. Toda una proeza si tenemos en cuenta que se trata de modelos específicos para este scooter, y no de simples cubrepiernas adaptables.

Cubrepiernas Bagster Boomerang: Más que una simple manta

El cubrepiernas Bagster Boomerang es un producto redondo. La marca no es nueva en esto, y su experiencia en materia de accesorios de equipaje y de cubrepiernas para scooter resulta evidente. Así pues, las características del cubrepiernas resultan tranquilizadoras. Enseguida os daréis cuenta de que no estáis ante una simple manta con la que proteger vuestras piernas de la escarcha invernal. Lo que se os ofrece son tejidos técnicos y lana polar, impermeabilidad y comodidad térmica. Por si fuera poco, la marca francesa ha añadido adornos reflectantes, bastante logrados, en los costados. De este modo, seréis más visibles durante vuestros trayectos invernales, efectuados a menudo con poca luz.

A primera vista, llama la atención su peso considerable. Eso dice mucho en cuanto a su calidad y su resistencia. No viene mal una lectura rápida de su descripción en los sitios de Motoblouz y Bagster para saber algo más sobre el bicho en cuestión, ya que las instrucciones suministradas por el propio fabricante resultan bastante pobres. Luego hablaré de ello.

El fondo y la forma

El cubrepiernas Bagster Boomerang es de un negro intenso muy bonito. Los dos Boomerangs de material plástico van aparte. Su objetivo es aportar rigidez a la estructura del cubrepiernas en los trayectos a mayor velocidad. Los adornos reflectantes se encuentran en los bolsillos previstos para ellos. Son sobrios, elegantes y con el logotipo de Bagster. Su estilo es más bien deportivo, lo cual le sienta muy bien a las líneas estilizadas del Tricity.

La abertura magnética está muy bien hecha. El imán es lo suficientemente potente como para permitir una obturación completa, sin ondeos intempestivos. El cierre magnético tiene la ventaja de elevar la parte central del cubrepiernas, evitando que se deforme.

El forro polar es muy suave, y el revestimiento impermeable con protección ultravioleta parece sólido. Hay un bolsillo grande en el interior de la parte que sube hasta el vientre del piloto. Es una zona donde no hay forro de lana polar, pero ello no implica ningún problema estético ni térmico. El bolsillo contiene la funda de asiento, provista de tensores para garantizar la fijación del dispositivo. Hubiera preferido que el cubrepiernas tuviera uno o dos bolsillos más, para suplir la falta de compartimentos del Tricity.

El piloto también dispone de una correa que le permite ceñirse el Boomerang alrededor de la cintura. Dos pequeñas correas permiten ajustar el cubrepiernas a la altura de los muslos del piloto. Y ahora, armémonos de valor (y del material necesario) y pasemos a la instalación.

«Montaje sencillo y rápido» … ¡Ejem!

Frente a determinadas pruebas de la vida, no todos reaccionamos igual. Los hay que nunca pierden ni su calma ni su dignidad… Mientras que otros gritan como verracos, arrojando cualquier tipo de objeto que tengan a mano. Por suerte para mí, formo parte de la primera categoría. Soy de aquellos que permanecen imperturbables y saben relativizar la dureza de determinadas situaciones. Con mi cinturón negro tercer dan en montaje de cocinas suecas, pensé que podría abordar el montaje del cubrepiernas Bagster Boomerang con la máxima tranquilidad.

Me equivoqué.

Esa hojita que contenía a la vez las características y las instrucciones de montaje ya debería haberme hecho sospechar. ¿«Montaje en 2 minutos»? Demasiado bonito para ser verdad. La primera vez que instaléis este cubrepiernas, evitad que sea una bella mañana de invierno, tan solo 2 minutos antes de ir a trabajar. Preved fácilmente 10 o 15 veces ese tiempo, sobre todo si metéis la pata en algo que os obligue a deshacer lo que ya habéis hecho… Aunque no hay nada realmente complejo, la facilidad de montaje dependerá en gran medida de los acabados de vuestro modelo de scooter. En el caso del Yamaha Tricity, los ensamblajes no presentan huecos, y la colocación de los polipropilenos entre las piezas del carenado resulta complicada. ¡Y no exagero!

Ante todo, mucha calma…

Definitivamente, las instrucciones no son una maravilla. Es verdad que Bagster debe tener tantas instrucciones de montaje como modelos hay de scooter, ya que la inmensa mayoría de los cubrepiernas son modelos específicos. Pero es que uno tiene la impresión de leer la ficha de un fabricante chino traducida automáticamente: frases incomprensibles, fotos ilegibles, vocabulario impreciso, ninguna alusión a las dificultades, etc. Tal vez se deba al modelo de scooter… Pero me costó mucho instalar algunos puntos de fijación (sobre todo el de debajo del faro delantero). Evidentemente, el montaje del próximo invierno será más rápido, pero, la primera vez, los sudores fríos están garantizados.

Los pasos aparecen numerados, pero no se explica la finalidad de las operaciones. Además, el ajuste final de las correas interiores, que permitirán al cubrepiernas adoptar su forma definitiva sobre el scooter, es toda una experiencia por sí sola. Si apretáis demasiado, la estructura del cubrepiernas se deformará, y la protección contra el viento y la lluvia no será perfecta. En cambio, si no apretáis lo suficiente, el cubrepiernas se abrirá por los costados y, al final, tendréis los mismos problemas. Habilidad y paciencia serán vuestros aliados durante el montaje.

Antes de que se me olvide: Bagster no suministra ningún adhesivo de protección para las superficies en contacto con las correas de fijación. Es una lástima, pero tiene remedio. Por último, tened cuidado si vuestra pegatina de la ITV queda tapada por el cubrepiernas, ya que os tocará moverla a la parte delantera del scooter.

Los cubrepiernas no están hechos para todo el mundo

Con el cubrepiernas Bagster Boomerang, al igual que con cualquier otro cubrepiernas para scooter, las sensaciones de conducción cambian. ¡Incluso lleva una etiqueta pegada para recordártelo! Pude comprobarlo en persona, y os aseguró que va muy en serio.

Para empezar, cambia la forma de montar en el scooter. Hay que acostumbrarse a desplazar hacia el exterior el ala izquierda del cubrepiernas (algo parecido a lo que había que hacer con las ventanillas de plástico de los Citroën Méhari) para instalarse sobre el sillín. La ausencia del túnel central facilita el acceso del piloto. Con un Forza o un PCX, no debe resultar tan sencillo. Una vez dentro, todo va bien. Incluso se redescubre el espacio para los pies, que parece más grande.

En cambio, ya podéis ir practicando para sacar un pie al parar, o para desplegar el caballete lateral, que dejará de estar en vuestro campo de visión. Olvidaos también la práctica del «agradecimiento motero con el pie derecho», prácticamente imposible con este cubrepiernas. Muy pronto os parecerá normal no dar las gracias a nadie, es cuestión de costumbre.

La conducción de vuestra máquina corre el riesgo de verse ligeramente perturbada. Personalmente, mis trayectorias eran mucho menos precisas. Tal vez se deba a la modificación de determinados puntos de referencia o a unas sensaciones diferentes. El caso es que tuve la impresión de pilotar peor al principio de la prueba, pero es algo que va desapareciendo al cabo de unas semanas de uso.

¿Está mal dormir con calcetines?

Esta pregunta parece no venir a cuento, pero cobra todo su sentido al referirnos al cubrepiernas Bagster Boomerang. ¿Hay que sacrificar todo en aras de la comodidad? ¿Hay que privilegiar el bienestar dejando a un lado ciertos principios? Creo que la mayoría de los moteros pensarán distinto de los scooteristas. A nadie se le habrá escapado el aspecto mucho más utilitario de los scooters. La noción del placer en estado puro, en detrimento de la comodidad, es algo mucho más implantado entre quienes conducen motos.

Se puede discutir la estética final que el cubrepiernas le da a un scooter. En el caso del dúo cubrepiernas Bagster Boomerang / Yamaha Tricity, hay química. Incluso me atrevería a decir que el scooter sale ganando, ya que el cubrepiernas oculta la silueta endeble que le da su suelo plano, así como el ángulo recto de este con respecto al puesto de conducción. El Tricity parece más robusto, más voluminoso, más favorecedor. A mí, por lo menos, no me cabe ninguna duda.

La protección contra las precipitaciones y el frío que ofrece el cubrepiernas Bagster Boomerang justifica ampliamente su compra y su uso de otoño a primavera. Por lo tanto, podemos afirmar que dormir con calcetines está bien. Sobre todo si son tan bonitos como el cubrepiernas Bagster Boomerang.

Funcionalidad y comodidad

La sensación de calor o, mejor dicho, la ausencia de la sensación de frío, es importante. Pero hay que tener cuidado cuando suben las temperaturas. Por encima de los 12/15 °C, empieza a dar demasiado calor y puede terminar resultando algo desagradable. Lo probé bajo la lluvia y es simplemente magnífico. Estad atentos a vuestra adherencia, porque uno puede tender a bajar la guardia. La funda de asiento resulta muy práctica. Tal vez sea algo estrecha, pero me da para cubrir el asiento de mi hijo y engancharla a la base de fijación del top case. ¡Se acabaron los culos mojados! Su instalación es bastante rápida, aunque algo laboriosa con guantes de invierno. El cursor de la cremallera del bolsillo canguro ganaría siendo más grueso. Una anilla con un trozo de cordón facilitaría su manipulación. Otro detalle es que los costados del cubrepiernas tapan parcialmente las piernas de mi hijo cuando va de pasajero, lo cual resulta muy práctico.

Cuesta mucho prescindir de la comodidad de este cubrepiernas Bagster Boomerang, una vez asimilado su aspecto utilitario/estético. Con un scooter de líneas modernas, no desentonará en absoluto. Tal vez esto sea menos cierto con modelos vintage tipo Vespa. En cualquier caso, la conducción del scooter mejora mucho durante el invierno gracias a este cubrepiernas. Pero su fuerte poder aislante obliga a su propietario a quitarlo en cuanto aumentan las temperaturas.

Montaje2
Aislamiento4.5
Impermeabilidad4.5
Funcionalidad4
Estética4.3
Acabados5

Mi opinión: Un cubrepiernas estético que cumple su función

El cubrepiernas Bagster Boomerang hace muy bien aquello para lo que fue diseñado. Su aislamiento es importante, y permite seguir conduciendo el scooter incluso cuando peor tiempo hace. Armaos de paciencia para el montaje, porque el resultado merece la pena. Y tened también cuidado con los cambios de percepción durante la conducción. Un producto muy bonito, resistente y con rigurosos acabados.
4.05

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Anthony

Apasionado de la moto y aficionado a todo lo relacionado con el mundo motero desde la adolescencia. Una vez superada la crisis de los cuarenta y desde hace 4 años, he decidido reconvertirme a usuario de scooter para mis trayectos diarios. Estudio siempre la mejor trayectoria y mantengo al dia mi pasión. Para tocar rodilla, ya veremos en un tiempo!

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