Por si no tenéis ni idea de lo que estamos hablando, el Cosmo Connected no es otra cosa sino la primera luz extraíble para casco de moto asociada a una aplicación conectada. Esta creación se la debemos a la marca Cosmo Connected, una start-up francesa especializada precisamente en objetos conectados para la seguridad física de las personas en situación de movilidad, con el apoyo del laboratorio de Motoblouz. Esas personas en situación de movilidad somos nosotros, los moteros. Lo he probado durante un mes a lo largo de 2000 km y en todo tipo de condiciones. Permaneced conectados para conocer mis impresiones…
Cosmo Connected: la primera luz trasera conectada
Cosmo Connected nos ofrece la primera luz de freno extraíble para casco de moto. La propia start-up ofrece una lista de los cascos 100 % compatibles (aunque todos deberían serlo). Este dispositivo está asociado con una aplicación conectada.
Si pensáis que se trata de un artilugio innecesario, estáis muy equivocados. En primer lugar, permite añadir una seguridad visual adicional en la parte trasera del casco. Y, sobre todo, en caso de accidente, lanza una llamada de emergencia a los servicios de asistencia y a vuestros allegados, al tiempo que transmite vuestras coordenadas GPS. ¡Algo así no se rechaza! Funciona mediante un acelerómetro de tres ejes, que detecta las variaciones de velocidad, y un girómetro de tres ejes, que mide la velocidad angular y detecta las caídas.
¿Cómo instalarlo?
Todo lo necesario para instalar y utilizar el Cosmo se encuentra dentro de su caja. Además del dispositivo en sí, encontraréis la base magnética para pegar al casco (con toallita de preparación), un cable de carga micro USB (sin cargador), las instrucciones y el folleto de garantía. Este pequeño dispositivo no es tan pequeño finalmente: 139 x 59 x 43 mm. Y, sin embargo, uno olvida que lo lleva. Su peso ronda los 145 g (con la base magnética).
Para instalarlo, preved unos quince minutos. Eso sí, es importante hacerlo minuciosamente. Resumiendo:
- Empezad limpiando la parte trasera del casco con la toallita suministrada.
- Haced una primera prueba, sin pegar, para decidir dónde posicionar el Cosmo Connected. A fin de disfrutar de un sistema 100 % eficaz, la luz debe estar en la misma línea de horizonte que vuestra mirada.
- A continuación, pegad la base con el adhesivo de doble cara.
- Apretad bien y ya podéis fijar el Cosmo gracias al sistema de imán.
Aunque hayáis posicionado el dispositivo en el casco, todavía no estará listo para ser utilizado. Antes, tenéis que configurarlo con la aplicación.
Aplicación Cosmo Connected: ¿Cómo funciona?
No creo que haga falta un tutorial sobre «cómo instalar una aplicación», ¿verdad? Está disponible en Google Play y en App Store. Lo que sí tenéis que saber es que necesitaréis versiones recientes, a saber, Android 5.0 o iOS 10. A continuación, basta con crear una cuenta indicando vuestros datos personales.
Una vez hayáis terminado, el Cosmo Connected se… conectará con vuestro smartphone. Accederéis a una pantalla de inicio que os permitirá ejecutar la aplicación para comunicar vuestros trayectos y activar el procedimiento de detección de caída. Desde esta pantalla de inicio, también podréis gestionar la iluminación del Cosmo Connected. Se puede elegir entre una luz simple de desaceleración/freno, una luz de posición (permanentemente activa, pero más intensa en caso de frenada) o una luz de emergencia.
Hay dos funciones muy interesantes para familiarizarse con el dispositivo y ganar confianza. Dado que resulta imposible saber cuándo se enciende la luz detrás de la cabeza, la función de vibrador y la función de altavoz, resultan muy prácticas para comprobar el correcto funcionamiento del Cosmo al frenar.
Un último apunte sobre esta aplicación: mediante una suscripción de pago, accederéis a una función adicional de seguridad que os permitirá alertar a una plataforma de asistencia en caso de incidente, así como pedir el remolcaje de la moto y el traslado en taxi, en el caso de que la moto quede inmovilizada. Esta suscripción está disponible por 9 €/mes sin compromiso, 8 €/mes para 3 meses y 7 €/mes para 6 meses. Entre nosotros, se trata de funciones opcionales. La suscripción no es en absoluto obligatoria para utilizar correctamente del Cosmo Connected.
Vayamos al grano: ¿Es eficaz?
La forma puede resultar sorprendente. Pero sus cualidades aerodinámicas son buenas: se ve que tanto el dispositivo como esta forma se han estudiado al detalle. No se nota nada, ni siquiera su peso. Al estar situado bastante bajo en el casco, pasa bastante desapercibido.
Hablemos ahora de la calidad de detección de frenada. No en vano, es el principal interés de este equipamiento… Digamos que es fiable, no al 100 %, pero sí al 90 %. ¡Lo cual no está nada mal! Los únicos casos en los que no funciona bien es con viento fuerte (el dispositivo se ve ligeramente sacudido), o al desacelerar a un régimen bajo. Al no ser la desaceleración lo suficientemente pronunciada, el dispositivo no la detecta. Sin embargo, con desaceleraciones más marcadas, al reducir una marcha o al frenar, no existe ningún problema de detección. Cabe pensar que el dispositivo irá mejorando con el tiempo mediante las actualizaciones de la aplicación. La función de luz de emergencia resulta muy práctica, especialmente cuando uno está inmovilizado en el arcén.
¿Aguantará el paso del tiempo? ¿No se soltará del casco? El sistema imantado está bien diseñado y no se moverá, aunque paséis sobre un badén u otro obstáculo similar. Dicho esto, en caso de caída, el sistema se suelta muy fácilmente.
En cuanto a su autonomía, las 8 horas anunciadas (en modo de luz de posición) se corresponden con la realidad, aunque el modo de luz de emergencia consume algo más de energía. Observé dos inconvenientes: El primero es la dificultad a la hora de retirar el capuchón para cargar el dispositivo (demasiado incrustado en el caucho). El segundo, es la ausencia de una indicación con respecto al nivel de carga.
Mi conclusión
El Cosmo Connected es un accesorio realmente interesante… ¡y novedoso! Utilizar el freno de motor o reducir marchas es un gesto bastante común entre los motoristas y scooteristas. Y, sin embargo, mientras uno no toca el freno, los coches no ven nada.
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